Cuando miro la Plaza desde aquí, me siento de nuevo un niño. Voy
acompañado o solo, no es relevante. Tanto con compañía como sin ella, se
disfruta de ambas maneras. Si tuviera que decidir cuál es su momento mágico,
diría que es el atardecer y su luz.
Y aunque sin desmerecerla de día, de noche te atrapa de una
forma más especial que cuando el sol brilla en lo alto.
Aquí comparto mi rincón de Alcalá de Henares.