Praia de Razo

Si hablamos de rincones hablamos del norte y de sus mil y un escondites con olor a mar. El mío lo encontrareis aquí: 43º 17’ 28.437’’ N 8º 42’ 9.472’’ W, en la playa de Razo.

No necesita presentación pero, si llegáis a ir, sepáis que lo mejor es disfrutarla en invierno y con poca compañía. No me refiero a que la época estival o un buen acompañante le hagan perder su encanto ni mucho menos, pero se me antoja mágico el ambiente de vacío y paz que se respira entre la lluvia y el fuerte mar de los meses más fríos.




Razo es un pequeño pueblo que pone la última puntada a la Costa da Morte gallega y que, a pesar de estar casi despoblado en invierno, no te dejará indiferente. Si sois aficionados a la montaña debéis de saber que esto no es simplemente una playa; mientras os entretenéis buscando alguno de los arroaces (minidelfines de agua “fresquita”) que se pasean por los tres quilómetros de océano que bañan el arenal, Monte Neme cubrirá vuestras espaldas sin descanso ni resquicio. Así mismo encontrareis en su seno un perfecto espacio para disfrutar de prácticamente cualquier deporte al aire libre, destacando por encima de todos la predilección de esta playa por el surf.

Sin duda quedareis prendados de los paisajes de esta zona, os atraparán tanto las puestas de sol como los fuertes temporales y, sobretodo, la gente, la comida y el silencio.


Esto es todo, ya solo tenéis que buscar cómo llegar y, cuando lo hagáis, apagar el móvil.