Casa de Campo, Madrid




Hoy os hablaré de un lugar que, más que especial, es importante. Se llama “árbol de los ahorcados” y está en Casa de Campo, Madrid. El nombre es un poco repelente pero hacedme caso e ¡id a probarlo!

Es un rincón donde voy a leer, a escribir, a mirar a las estrellas cuando cae la noche y sobre todo, al que acudo ya que me hace sentir única. Os estaréis preguntando el porqué de esto último. Os lo explico...

Siempre que voy, subo al tronco que está más alto. En realidad era el último sitio del que pensaba disfrutar. Donde podía leer o escribir observando la vida desde arriba. ¿Pero sabéis por qué me hace sentir única? Porque solo yo puedo ver todo desde allí, ya que no creo que haya mucha gente que acceda al mismo lugar. Y menos que lo utilice para lo mismo que yo.

Es especial por el hecho de que estoy segura de que nadie sabe que yo voy ahí arriba. Solo yo y nadie más. Las personas pasan por debajo pensando que es un simple árbol más de Casa de Campo que está plantado de camino a casa. Pero no. Es mucho más que eso. Te da unas vistas espectaculares. Es como si nos transportáramos a otro lugar.

Y es el rincón que más me ha costado compartir.